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Rusia usa la violación como «un instrumento de guerra» en Ucrania

Grupos de derechos humanos y psicólogos ucranianos revelaron que, desde el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia, trabajaron día y noche para lidiar con un número creciente de casos de abuso sexual que presuntamente involucran a soldados rusos.

Un informe de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), publicado el 13 de abril, encontró violaciones del derecho internacional humanitario por parte de las fuerzas rusas en Ucrania, y señaló que «los informes indican casos de violencia de género relacionada con el conflicto, como violación, violencia sexual o acoso sexual”.

«Los soldados rusos están haciendo todo lo posible para demostrar su dominio, y la violación también es una herramienta aquí», explicó la psicóloga Vasylisa Levchenko, quien fundó un servicio que brinda asesoramiento gratuito a los ucranianos que sufren traumas relacionados con la guerra.

Levchenko agregó que su red, llamada Psy.For.Peace, habló con aproximadamente 50 mujeres de la región de Kiev que confesaron que «fueron agredidas sexualmente por soldados rusos». 

«El grupo está lidiando con casos que incluyen a una niña de 15 años y su madre que fueron abusadas sexualmente por soldados chechenos prorrusos, y la violación en grupo de otra mujer por parte de siete soldados, mientras que los detenidos ucranianos fueron obligados a mirar», agregó.

Y continuó: «El arma, la violación, es una demostración de total desprecio por el pueblo ucraniano».

«Hay personas que se sienten culpables por no ser capaces de hacer cualquier cosa, culpables por sobrevivir, culpables por ver morir a una persona frente a ellos», enumeró Levchenko.

Rusia negó repetidamente haber atacado a civiles desde que comenzó la guerra, una afirmación refutada por numerosos ataques que fueron verificados por CNN y otras organizaciones de noticias. 

Las violaciones en Ucrania se usan para quebrar la moral

Alyona Krivulyak, quien dirige una línea directa nacional en La Strada-Ucrania, un grupo que hace campaña contra la violencia de género, le contó a CNN que recibieron nueve denuncias de violaciones de todo el país.

«La violación es un instrumento de guerra contra la población civil, un instrumento de destrucción de la nación ucraniana», enfatizó.

Por su parte, la psicóloga Alexandra Kvitko, quien trabaja en una línea directa para víctimas de traumas administrada por el defensor del pueblo de Ucrania con el apoyo de UNICEF, señaló que ya escuchó decenas de relatos de violencia sexual relacionada con el conflicto.

«Esta cantidad de violaciones, este tipo de brutalidad nunca había ocurrido antes», confesó.

Kvitko manifestó que en los cinco años previos a la guerra solo trató 10 casos de agresión sexual. «Ahora, en unas pocas semanas de trabajo tengo 50 y estos no son solo mujeres, también hombres y niños», detalló.

«La violación se utiliza para quebrar la moral de los ucranianos, para evitar que la gente se resista», añadió.

Cualquier acto de violencia sexual relacionada con el conflicto (violación, prostitución forzada, esclavitud sexual, embarazo forzado) se considera un crimen de guerra y una violación de las leyes internacionales de derechos humanos, explicó Charu Lata Hogg, la fundadora de la organización de derechos humanos All Survivors Project, que investiga la violencia sexual contra los hombres relacionada con los conflictos.

«Ya sea que se desencadene en el contexto de una masculinidad patriarcal y militarizada, ya sea que se ejerza como un objetivo específico de la guerra o que suceda porque las personas encuentran a una población a su merced y, por lo tanto, deciden infligir más daño, sigue siendo un crimen de guerra», puntualizó.

Pero incluso cuando los fiscales ucranianos e internacionales de la Corte Penal Internacional (CPI) recopilan evidencia de los crímenes de guerra rusos, muchas víctimas de abuso sexual aún no están listas para hablar con los funcionarios sobre su terrible experiencia.

Por último, Andrii Niebytov, jefe de la fuerza policial de Kiev, manifestó que sus agentes solo confirmaron un caso sospechoso de violación hasta el momento en la región. «Hemos escuchado tales informes de personas externas, pero cuando hablamos con mujeres, se niegan a confirmar o negar tal información», apuntó.

Un precedente horrible

Los informes de violencia sexual a menudo surgen en tiempos de conflicto y Ucrania no fue una excepción.

Volodímir Shcherbachenko, director del Centro de Iniciativas Cívicas de Ucrania Oriental (EUCCI, por sus siglas en inglés), afirmó en diálogo con CNN que el país «había visto casos de violencia sexual utilizada como arma en 2014, cuando separatistas respaldados por Rusia tomaron territorio en el este».

Un informe conjunto de 2017 de Justice for Peace in Donbass y otros grupos de derechos como EUCCI documentaron casos en ambos lados del conflicto, incluida la violación y el intento de violación, el acoso sexual y la coerción para observar la violencia sexual contra otros. «La forma más extendida de violencia sexual contra las mujeres fue la violación», subrayó el informe.

Lata Hogg, de All Survivors Project, contó que en el último mes su grupo «tuvo múltiples denuncias de violencia sexual y el patrón que surge en este contexto no es diferente a los que se han documentado en otros globalmente, incluso durante el conflicto en Chechenia».

Grozny, la capital de Chechenia, fue arrasada por las fuerzas rusas en una guerra brutal en la década de 1990 y principios de la del 2000. 

Human Rights Watch informó en ese momento que soldados violaron a mujeres chechenas en áreas controladas por Rusia.

A la psicóloga Levchenko le preocupa que la verdadera escala de las atrocidades rusas «solo salga a la luz cuando se liberen áreas como Mariúpol».

«En las ciudades y pueblos ocupados, las fuerzas rusas visitan regularmente los hogares de las mujeres, pueden revisar sus teléfonos, sus fotos, sus redes sociales, lo que hace imposible que ellas reciban kits de ayuda ante una violación u otros servicios», lamentó  Krivulyak de La Strada-Ucrania.

«Este miedo a las personas armadas a veces hace que sea imposible pedir ayuda, y esto a su vez hace que sea muy difícil documentar los hechos, lo que genera problemas para llevar a los perpetradores ante la justicia», remarcó.

Shcherbachenko, por último, sostuvo que los asistentes sociales de EUCCI están ayudando a una trabajadora del gobierno local en un área ocupada del sur de Ucrania que «fue violada específicamente para obligarla a cooperar».

«Los soldados rusos le dijeron ‘te violaremos de nuevo si no haces lo que tienes que hacer’. Para mí, esto demuestra que las fuerzas rusas están usando la violencia sexual como un arma», sentenció.

Una historia, no la única

Cuando las tropas rusas invadieron Ucrania y comenzaron a acercarse a su capital, Kiev, Andrii Dereko le rogó a su hijastra de 22 años, Karina Yershova, que abandonara el suburbio donde vivía.

Pero ella insistió en que quería quedarse en Bucha. «No digas tonterías, todo estará bien, no habrá guerra», apuntó.

Con sus tatuajes y su largo cabello castaño, Yershova se destacaba entre la multitud y a pesar de vivir con artritis reumatoide, tenía un espíritu ferozmente independiente.»Ella misma decidía cómo vivir», destacó su padrastro.

Yershova trabajaba en un restaurante de sushi en Bucha y esperaba obtener su título universitario en el futuro. «Ella quería desarrollarse», contó Dereko.

Cuando los soldados rusos rodearon Bucha a principios de marzo, Yershova se escondió en un apartamento con otros dos amigos. 

En una de las últimas ocasiones en que Dereko y su esposa, Olena, supieron de Yershova, ella les expresó que había salido del apartamento para comprar comida en un supermercado cercano.

«No pensamos que los rusos llegarían a tal punto que dispararían contra civiles. Todos esperábamos que al menos no tocaran a mujeres y niños, pero sucedió lo contrario», reflexionó Dereko.

Pasaron semanas sin saber de Yershova. Entonces la madre -desesperada- dejó un mensaje en Facebook rogándole a cualquiera que supiera lo que le había pasado que se pusiera en contacto.

Amigos le confesaron que las imágenes de una mujer muerta con tatuajes similares a los de Yershova, que incluían una rosa en el antebrazo, se publicaron en un grupo de Telegram creado por un detective en Bucha que estaba tratando de identificar cientos de cuerpos encontrados en la ciudad después de que las tropas rusas se retiraran del área hace dos semanas.

Dereko precisó que las imágenes «muestran el cuerpo mutilado de su hijastra. La policía nos dijo que había sido asesinada por soldados rusos», sollozó.

«La mutilaron. Le dispararon en la pierna y luego le hicieron un torniquete para que dejara de sangrar. Y luego le dispararon en la sien», detalló.

Dereko también cree que las tropas rusas abusaron sexualmente de Yershova. «El investigador de la policía insinuó que había sido violada», concluyó.

La agonizante espera de respuestas de la familia Dereko refleja la creciente ansiedad en medio de informes de violaciones en tiempos de guerra en el país.

Funcionarios ucranianos coincidieron que las fuerzas rusas abusaron sexualmente de mujeres, niños y hombres desde que comenzó la invasión, utilizando la violación y otros delitos sexuales como armas de guerra.

«Esta vez no pude salvarla»

Los grupos de derechos humanos sostienen que las víctimas soportarán el trauma del abuso sexual por el resto de sus vidas, mientras que las familias de los que murieron, como Karina Yershova, se quedan buscando respuestas y lidiando con el horror de lo sucedido a sus seres queridos.

El cuerpo de Yershova fue encontrado en una tumba poco profunda en Bucha, junto con los de Natalia Mazokha, de 65 años, y su esposo, Victor, de 64.

Los vecinos le dijeron a la hija de los Mazokha, Julia, que los soldados rusos habían arrastrado a una mujer herida, que se creía que era Yershova, al patio de sus padres a mediados de marzo. Y que Natalia trató de ayudarla sin éxito.

«Los soldados regresaron dos minutos después, cuando mamá estaba junto a ella y brindándole ayuda, los rusos le dispararon, le dispararon a mi madre», afirmó Julia Mazokha. 

Su padre fue asesinado en el pasillo de su casa cuando intentaba averiguar qué estaba pasando.

«Estuvieron tirados en el patio durante 10 días, según tengo entendido», apuntó. Los vecinos de la pareja la llamaron alrededor del 20 de marzo para informarle que sus padres habían sido asesinados.

Andrii Dereko le contó a CNN que esta es la segunda vez que su familia tuvo que escapar de una incursión rusa. En 2014, huyeron de su hogar en la región de Donbass cuando estallaron los enfrentamientos entre Ucrania y los separatistas respaldados por Rusia.

Perdieron todo, incluso fotos familiares, pero lograron reconstruir una nueva vida en Irpin, el suburbio vecino a Bucha. Dereko se convirtió en taxista e hizo trabajos ocasionales para mantener a flote a la familia.

«Ahora nos quedamos sin nada otra vez por culpa de los rusos. Al menos la primera vez salvé a mi hija, esta vez no pude salvarla», lamentó.

Acusación de la ONU 

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) acusó hoy al ejército ruso de acciones «que podrían constituir crímenes de guerra» en Ucrania tras la invasión del 24 de febrero, incluidos bombardeos indiscriminados que provocaron la muerte de civiles, la destrucción de escuelas y hospitales, y las ejecuciones de al menos 50 civiles en la ciudad de Bucha, un suburbio de Kiev.

«Las fuerzas armadas rusas bombardearon de manera indiscriminada zonas habitadas, mataron a civiles y destruyeron hospitales, escuelas y otras infraestructuras civiles, en acciones que podrían constituir crímenes de guerra», declaró Ravina Shamdasani, vocera del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra.

«Le corresponde a un tribunal determinar concretamente si es así, pero cada vez hay más pruebas de que se cometieron crímenes de guerra», agregó la portavoz, quien no descartó que Ucrania «también haya violado el derecho humanitario», consignó la agencia de noticias AFP.

Además la policía británica afirmó este viernes haber recibido unos 50 informes sobre posibles crímenes de guerra cometidos en Ucrania, en el marco de un llamado a testigos lanzado para contribuir a la investigación de la Corte Penal Internacional (CPI), reportó la agencia de noticias Europa Press.

«La mayoría de estos informes, recibidos de personas en todo el Reino Unido, se refieren a actos ocurridos en Ucrania, tras la invasión rusa del 24 de febrero, y específicamente a lo que parecen ser ataques contra la población civil», indicó la policía metropolitana de Londres en un comunicado.

En tanto, las autoridades españolas ratificaron hoy el anuncio hecho en la víspera por su  presidente, Pedro Sánchez, durante su visita a Kiev sobre el envío de expertos al país del este europeo «para investigar y perseguir posibles crímenes de guerra en el marco del conflicto».

El Ministerio de Interior español informó que enviará en los próximos días un grupo de agentes policiales para colaborar con la investigación de la CPI en Ucrania, mientras que la cartera de Justicia señaló que mandará al terreno a un grupo de 39 expertos en labores forenses y de investigación criminal.

En paralelo a estos reportes, la ex presidente chilena Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, declaró en un comunicado que durante las últimas ocho semanas «el derecho humanitario internacional no solo ha sido ignorado sino que se ha tirado por la borda».

«Lo que hemos visto en Kramatorsk (este de Ucrania) el 8 de abril, cuando la estación de tren fue atacada con munición en racimo y murieron 60 civiles y otros 111 resultaron heridos, es emblemático de la incapacidad de respetar el principio de distinción (entre civiles y militares), la prohibición de perpetrar ataques indiscriminados y el principio de precaución, que está inscripto en el derecho humanitario internacional», aseveró Bachelet.

Cuando ocurrió aquel ataque el gobierno de Vladímir Putin salió rápidamente a negar cualquier implicancia en su autoría e incluso afirmó que los misiles que se dispararon contra la estación ferroviaria no eran los que utilizan sus fuerzas militares, sino los que son parte del armamento ucraniano.

Por su parte, Shamdasani no descartó que la parte ucraniana también haya violado el derecho humanitario, pero «la mayoría de estas violaciones, con diferencia, se atribuyen a las fuerzas rusas».

La portavoz indicó que el 92,3% de las víctimas que los equipos bajo la dirección de Bachelet pudieron documentar «se atribuyen a las fuerzas rusas, así como las acusaciones de asesinato y de ejecuciones sumarias».

La responsable explicó concretamente que los investigadores de la ONU realizaron una misión en Ucrania a principios de abril y lograron documentar ya «los asesinatos, algunos de ellos ejecuciones sumarias, de 50 civiles en la ciudad de Bucha, en las afueras de Kiev».

Las imágenes de civiles muertos desperdigados por las calles de Bucha dieron la vuelta al mundo a principios de este mes, y por entonces el Kremlin también rechazó enfáticamente cualquier responsabilidad, al sostener que sus fuerzas abandonaron el lugar tres días antes de la difusión de esas escenas sin haber disparado o atacado a persona alguna, fuera de las acciones de combate propias del conflicto bélico.